El año pasado muchos creyeron que
FRIKOÑO estaba muerto. Se equivocaron. Gozaron, rieron, participaron.
Resistieron. Este año y por imperativo social, FRIKOÑO se erigirá una
vez más como lo que es: Un festival de lo humano y una fiesta de lo
absurdo.
Por sexto año consecutivo lograremos enseñar a este entrañable enclave de lo que sus habitantes son capaces. No se trata de un día o una semana, sino de una situación particular que hará partícipe a toda la ciudad de su extraña condición. De mostrar que somos capaces de abstraernos y de creer en lo más importante: Nosotros mismos. De no olvidar, pero sí de dejar bien claro que no estamos dispuestos a renunciar a tener una identidad, oculta o no, que nos libera. Nuestros defectos, nuestras habilidades, nuestras ficciones... La inconformidad es el único camino a tomar ante un panorama tan increíble que talvez, más que nunca antes, FRIKOÑO se halle muy próximo a la línea que separa la realidad de la ficción.
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